Ese otro punto de mi vista.
Ese lazo tan delicado y único que al mismo tiempo es inevitablemente irrompible.
Ese YO… del otro lado.
Tan iguales, tan disimiles.
La lucha incansable e histórica del “dejarte libre” vs “las ansias de retenerte”.
Te armo y desarmo , te construyo y reconstruyo como puzzle cada vez que me dejas asomarme un poco más a tu alma.
Veo dos mundos que se tocan y no se miran en la galaxia del encuentro.Te espero, te ansió, sentada en el silencio…como un padre espera el regreso de un hijo que ha partido, con anhelo, con esperanza y con mi tejido de ovillos de abrazos y te quieros.
Siento tu brisa acercase y alejarse sin llegar nunca a mecer mi silla.
Y vuelvo al espejo y ahí estas…Hermandad, como un bosquejo de mi, y de vos, que se asoma y brilla en un aura difusa que en la refracción de la luz se deja pintar...hermandad…esa raíz que hasta último momento me sujeta a mi vida, a mi familia, a mi historia. Mi raíz personal.
Y como envuelta en mis mantas del recuerdo busco en mi cama el sueño y allí encuentro…en mi almohada…el beso que todas las noches…me has de mandar. (no lo olvido)
(…)
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