1967, Viento sureño…llamado incesante de dioses nativos, le invitan a la tierra de los suelos rojos queriendo conquistar su alma para no salir jamás de su cuerpo.
Viento sureño… de memoria joven con aroma aún fresco de oro negro.
Estepa, piquillines y …vacio, silencio, inmensidad, espacio eterno, tierra sedienta, desamparo, cielo abierto que sus ojos no terminan de observar y… la nada.
Un muchacho, ruta 22, la meseta y un edificio. Edificio que fue un peldaño prestado de escalera en ascenso para un sueño de patria donde no eran acaudalados los propietarios intransferibles de un futuro mejor, de una profesión, de un anhelo.
El edificio, una puerta, una gran puerta de acceso a un nuevo futuro, a una nueva visión, a un nuevo amor, a una nueva familia, a un mundo repleto de hermanos que se enraizaron a su corazón como los compañeros que dios le envió para acallar la soledad que habita y aúlla del otro lado del muro. Soledad abatida por la abertura guerrera de una habitación compartida.
El edificio…letras eruditas, un pequeño submundo mezcla de diversidad geográfica , coctel de ideales y esperanzas y… el muchacho.
Muchacho delgado, cabello nocturno, cigarro de lado, en su corazón una dama, en su alma un ombú y en su espíritu el verdor, la tenacidad y el dolor de la distancia que arde en las venas de los que tuvieron que partir cargando en sus espaldas las huellas marcadas de palmadas de apoyo de los seres que siempre los amaran.
Un muchacho, un sueño, un país, un desierto.
Un muchacho, una vieja maleta, tres prendas y un mate.
Un muchacho, un viaje sin regreso en el alma.
…
2010, el lugar es hoy ruinas de un pasado que supo ansiar ser futuro, pero el calor de ese edificio supo también hacer emerger de esas tierras áridas un cultivo que aún vive…un legado…son aquellos muchachos….aquel muchacho…
Aquel muchacho es hoy un hombre, un profesional, padre de familia y amigo que aun tiene arraigados a su esencia sus hermanos; sujetos como matas a aquel suelo patagónicos los recuerdos de aquellos tiempos académicos, ladrones actuales de más de un lagrima mes por mes.
Lo miro y siento orgullo por la porfía de haber luchado por conseguir abrir surcos en una tierra estéril, eso era conseguir algo más que un título, era forjarse en valores, era esculpirse en un modo de vida que tenia como pilar hacer sangre propia los seres venidos de cunas lejanas.
Hoy con canas, sin cigarro pero con el viento hecho zumbido en sus labios, me silba canciones del ayer, me ceba mates con agua de anécdotas y el calor solidario de aquellos tiempos.
Veo sus fotos sin tonos y veo ese muchacho que a pesar de la dureza, de los sinsabores …portaba una gran sonrisa.
Ese muchacho es hoy…mi papá.
Feliz día viejito!!! y feliz día a todos tus hermanos del tiempo.
(…)
